Enseñanzas del Hinduismo
Desbloquea la sabiduría de las enseñanzas Hindúes. Explora ideas prácticas para mejorar tu vida diaria con la esencia del Hinduismo.
El Dharma, conocido actualmente como Hinduismo, es un estilo de vida que trata de enseñar los valores que un ser humano debe (o debería tener) para tener una vida plena. En otras palabras, el Hinduismo prescribe los deberes eternos, como la honestidad, abstenerse de dañar a los seres vivos, la paciencia, la tolerancia, el autocontrol, la virtud y la compasión, entre otros.
Es por eso que en Bharat (India), los Hindúes no describen al Hinduismo como una religión sino más bien, como dije al principio, es como un estilo de vida. De esta manera, en el Hinduismo se intenta encontrar respuestas que aquejen al ser Humano de forma muy lógica y racional. Es pore so que en este blog, intentaré abordar algunas enseñanzas básicas del Hinduismo que, con práctica, podrás aplicar en tu día a día.
La Felicidad Duradera Proviene de Nuestra Naturaleza Divina
Según Vedanta (una de las seis escuelas de filosofía Hindú), somos divinos en el centro de nuestro ser, pero permanece oculto para nosotros. La naturaleza animal, la naturaleza humana y la naturaleza divina están entrelazadas en nuestra personalidad. La divinidad sigue siendo un componente desconocido en nosotros hasta que trascendemos nuestra naturaleza animal y nuestra naturaleza humana y comenzamos a manifestar nuestra naturaleza divina.
Toda la felicidad y el conocimiento duradero provienen de nuestra naturaleza divina. La vida humana adquiere sentido en la medida en que esta divinidad oculta se manifiesta. Sri Shankaracharya (erudito y profesor védico indio) glorifica el nacimiento humano y dice que no esforzarse por alcanzar el Autoconocimiento equivale a matarse, ya que uno se aferra a las cosas irreales del mundo.
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Si lo torcido forja un eslabón más en la cadena que nos une al mundo, la rectitud nos ayuda a manifestar nuestras cualidades divinas ocultas. Bhagavad Gita enumera arjava o rectitud o simplicidad, como un signo de conocimiento. La rectitud es una virtud que un aspirante necesita cultivar asiduamente en el camino hacia la perfección.
Cada acción o pensamiento deja una impresión sutil en nuestra mente, impulsándonos a repetir la acción o pensamiento. Este efecto puede no parecer de mucha importancia al principio, pero las torceduras en el carácter y su poder se vuelven evidentes solo cuando uno comienza a dar vuelta una nueva hoja. Entonces uno comienza a apreciar la situación de Duryodhana (uno de los principales antagonistas de la leyenda épica Hindú Mahabharata).
Un manojo de malas impresiones, dejó que su notorio tío las reforzara con sus malos designios. Cuando la situación se salió de su control, Duryodhana comentó: “Sé lo que es el dharma, pero no soy capaz de practicarlo. Sé lo que es el adharma, pero no soy capaz de abstenerme de ello”.
Puede que no todo sea tan torcido como Duryodhana, pero las sombras son inherentes a todos hasta el amanecer del autoconocimiento. En otras palabras, la alineación perfecta en pensamiento, palabra y obra es posible solo cuando alcanzamos la perfección. En la vida cotidiana sabemos lo difícil que es llevar a cabo estos propósitos: adquirir un nuevo buen hábito o dejar uno malo. ¿Dónde radica la dificultad? El problema surge de las torceduras en nuestro carácter o los nudos en nuestra mente.
Cualquier intento de disciplinar la mente invita a su resistencia instantánea, ya que por naturaleza le gusta seguir el camino de menor resistencia. Es decir, siempre le gusta etiquetarse con los órganos de los sentidos y sus respectivos objetos de los sentidos. Este vínculo se aplica no solo a los objetos burdos, sino también a los placeres sutiles. Una voluntad débil y un buddhi (intelecto) adormecido son los responsables de esta tendencia de la mente. El primer paso hacia la rectitud es disciplinar la mente y los sentidos y liberar la voluntad de su dominio.
Opciones y Consecuencias
Cuando tomamos decisiones debemos estar preparados para soportar sus consecuencias. Pero muy a menudo estamos felices de tomar las decisiones pero no estamos preparados para enfrentar las consecuencias. Las escrituras Hindúes están llenas de casos en los que personajes tanto divinos como humanos toman decisiones y luego luchan por aceptar sus consecuencias.
Aquellas elecciones que se hacen con motivos egoístas a menudo causan problemas. Cuando la elección que hacemos está asociada con ganancias, placer, odio o venganza, seguramente terminaremos con malas consecuencias.
Las elecciones hechas con desinterés siempre tendrán un buen resultado. Cuando no nos preocupamos por el resultado de las elecciones que hacemos, nos ayuda a superar las consecuencias. Esto se debe a que estamos más interesados en el viaje y no en el destino.
Cuando estamos listos para asumir la responsabilidad de las elecciones que hacemos, mostramos madurez y esto ayuda a enfrentar las consecuencias. Pero la mayoría de las veces tomamos decisiones para satisfacer nuestros deseos egoístas y, con bastante frecuencia, olvidamos que estamos utilizando a otras personas para nuestro egoísmo.
Es mejor evitar elecciones y consecuencias siendo el río que fluye. No te apegues a nada ni a ninguna persona. Toma todo lo que se interponga en tu camino y déjalo caer felizmente en la orilla cuando estén listos para ser arrojados. No lleves nada a la fuerza contigo. Déjate llevar cuando sea el momento.
Deja de buscar la felicidad afuera, entonces podemos evitar por completo las elecciones y las consecuencias.
Simplicidad
Sri Shankara explica arjava (sinceridad) como simplicidad o la ausencia de tortuosidad. La verdadera simplicidad implica hacer coincidir las palabras de uno con el pensamiento de uno. La sencillez, por tanto, va mucho más allá de nuestra forma de vestir o nuestros hábitos. La perfecta alineación en pensamiento, palabra y obra constituye la verdadera simplicidad.
Sant Dnyaneshwar (santo indio, poeta, filósofo y yogui) elabora un poco más sobre arjava. En su célebre comentario sobre el Gita, llamado Jnaneshwari, da los siguientes significados para arjava:
- Favorecer a todos por igual sin gustos ni aversiones: Como corolario, esto equivale a amar a todos por igual.
- No hacer distinción entre lo “mío” y lo “de los demás”: La falta de sencillez surge principalmente del egoísmo y del sentimiento de “yo” y “mío” que caracterizan la vida humana. ¿Cómo podemos deshacernos de nuestro “yo” y “lo mío”? Ciertamente, no es fácil abandonar este sentido de "ego inmaduro" de repente.
- Una actitud mental recta: según Jnaneshwar, una persona recta no guarda rencor a nadie. Su actitud mental es recta como el barrido del viento y está libre de deseo y duda. No sujeta su mente con correa, ni la deja absolutamente libre. Un aspirante, sin embargo, necesita mantener su mente bajo control durante mucho tiempo, hasta que esté lo suficientemente purificada y comience a actuar como su verdadero amigo.
- Un sistema sensorial disciplinado: Tus órganos de los sentidos son puros y libres de engaño. La mente indisciplinada y los sentidos actúan como nuestro enemigo y nos engañan con el placer de los sentidos, haciéndonos creer que esa es la meta de la vida. Con tus sentidos controlados, un hombre de Conocimiento no se deja engañar por sus sentidos. Para Arjuna, Sri Krishna prescribió el control de los sentidos como la disciplina preliminar para deshacerse de los deseos.
En lo que al control de nuestros pensamientos respecta, el autor James Allen lo explica muy bien en su libro As a Man Thinketh y aunque no es una literatura India, es un muy buen ejemplo para quienes buscan sabiduría y tranquilidad en un mundo turbulento y hostil como el actual.
Para James Allen, nuestros pensamientos son las semillas de lo que ocurrirá en nuestras vidas. La mente humana puede compararse con un jardín y su cultivo es, al mismo tiempo, un trabajo y un camino espiritual que Allen nos presenta con verdadera maestría. Cuidar el jardín de nuestros pensamientos nos conduce, de forma natural, a una vida plena y feliz.
De esta manera, As a Man Thinketh no sólo abarca todo el ser de un hombre, sino que es tan comprensivo como para llegar a cada condición y circunstancia de su vida. Un hombre es literalmente lo que piensa, siendo su carácter la suma completa de todos sus pensamientos.
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